“Él sana a los de corazón quebrantado y les venda las heridas.” Salmo 147:3
"Clamé: «¡Me resbalo!», pero tu amor inagotable, oh Señor, me sostuvo. Cuando mi mente se llenó de dudas, tu consuelo renovó mi esperanza y mi alegría". Salmo 94:18-19
Muchas personas, incluso durante esta pandemia, han estado luchando en esta área de la salud mental. Durante este ayuno, es importante que oremos por nuestra propia salud mental, por la de los que conocemos y por los de nuestra comunidad.
¿Cómo ve Dios nuestra salud mental?
Dios creó a los seres humanos de manera perfecta. Nuestra salud espiritual, emocional, mental, física y relacional estaba al 100%. Pero cuando Adán y Eva decidieron pecar, esta salud perfecta se rompió y nunca podrá volver a ser igual, ¡hasta que Jesús regrese y restaure todas las cosas!
Por lo tanto, Dios entiende que a veces tendremos problemas. Él sabe que nuestra forma de pensar a veces se desvía, que las sustancias químicas de nuestro cerebro a veces no son las que deberían ser, y que nuestros corazones se rompen por la ruptura de este mundo.
Sin embargo, Él aún desea que caminemos en plenitud y eso incluye nuestra salud mental. Él está en el negocio de la transformación, y ha prometido renovar nuestro cuerpo, mente y espíritu, día a día.
A lo largo de la Biblia hay todo tipo de personas que sufren, están angustiadas y aisladas.
Un ejemplo de ello, es la historia del profeta Elías en 1 Reyes 19. Él luchaba contra la depresión. Dios no juzgó ni castigó a Elías, sino que le proveyó: le envió comida (salud física), reconoció sus sentimientos (salud mental), se quedó con él (salud relacional), y restauró a Elías mientras descansaba (salud espiritual).
Luego, Jesús revela más del corazón de Dios para nosotros. Jesús siempre se esforzó por acercarse e identificarse con los que tenían problemas. Los atrajo.
A través de las acciones de Jesús con los demás, vemos su cuidado y preocupación por los problemas de salud mental.
Las enseñanzas de Jesús sobre el Reino de Dios se centraban en lo que hoy consideramos el ámbito de la salud mental.
Al comienzo de su ministerio en Galilea, Lucas 11 nos dice que Jesús leyó en la sinagoga un pasaje de los escritos del profeta Isaías, que tomó como resumen de su misión. Jesús tenía una buena noticia para los pobres, para los que se encontraban cautivos y para los que estaban luchando contra la opresión. Estos son exactamente los aspectos con los que luchan hoy las personas que sufren de salud mental. Por lo tanto, no podemos dudar de que, en nuestros días, Jesús consideraría la salud mental como una prioridad en el contexto de su misión.
Ese es nuestro reto ahora, mientras nos enfrentamos a la realidad de nuestra propia salud mental y aprendemos a estar presentes para los que nos rodean y necesitan nuestro apoyo.
Cuando se trata de tu propia salud mental o la de otros, es importante recordar que hay soluciones, tanto físicas como espirituales. Hoy, como estamos ayunando, nos centramos en las soluciones espirituales. Así que es importante que no minimicemos el poder de la oración en esta área de la salud mental. Necesitamos orar ferviente y consistentemente por otros cuando ellos no pueden hacerlo por sí mismos. Dios desea que experimenten la libertad que Él ofrece.
Oremos para que Dios los fortalezca en donde son débiles.
Oremos por la sanidad de la mente.
Oremos por el consuelo para el corazón.
Oremos por paz para todos los que están teniendo pensamientos ansiosos.
Oremos para que Dios sea la fuente de salud y fortaleza en su ser interior.
“Es por esto que nunca nos damos por vencidos. Aunque nuestro cuerpo está muriéndose, nuestro espíritu va renovándose cada día”. 2 Corintios 4:16
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